miércoles, 25 de febrero de 2009

Hoy.

Aún no logro entender cómo me demoré tanto en apreciar realmente el paisaje que tengo frente a mí en la casa de mi abuelo en niebla. Creo que pasé todo el día de ayer viendo cada pedazo de aire que rodeaba la isla de mancera. Mi abuelo ya pensaba que había entrado en crisis. Pero la verdad es que es todo simplemente especial.

No quise recordar que ayer era ayer por muchas razones que no quiero mencionar para no volver a recordarlo. Pero el tema es que ayer pasé de un gigante cambio de lágrimas a risas.

Tengo que atribuirselo a ciertas personas que probablemente ni saben toda la importancia que tienen en mi corazón. Pero generalmente las cosas funcionan así, y me resigno a decirle cuánto los quiero, a la distancia.

Quizás hoy vuelva a pasar todo el día en el patio, sentada sin si quiera darle importancia a las arañas que caminan con velocidad por el suelo. Ya no me interesa.- ¿Cómo podría si tengo un temendo espectáculo en frente?

No he tenido tiempo de leer, sólo escribo.

Y hoy hablo de mí porque es lo único que a veces creo conocer más (imagínense cómo conozco a la demás gente). Hoy hablo de mí, porque anoche no soñé con nadie más que conmigo, y aunque generalmente eso me da miedo, esta vez fue diferente.

Hoy hablo de mí y digo: Hoy no me gustan las uvas. Quiero comer pan con manjar colún, quiero ir al cementerio a ver a mi abuela Rosa, y hoy tengo las manos más tibias de lo común.

Edito: Olvidé decir que hoy le cambié los colores a mi blog.

1 comentario:

JGV dijo...

estas en niebla? en una de esas podriamos juntarnos, yo llegue hoy dia a valdivia...

Marisopas

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