sábado, 3 de octubre de 2009

Random

Hace algún tiempo, prefería las croqueras para escribir, ya que así podía juntar más mi letra y hacerla rendir. Nadie -aparte de mí -Podía entender una sola palabra de todas las cosas que escribía, y eso lo agradezco, ya que eran pésimas. A veces me pongo a pensar en qué me hizo perder tanto tiempo de mi vida escribiendo sobre una chica que va a ver a su psicólogo. Era tan miserable la vida de Sofía. Sus papás murieron en un incedio (poco original), y era amiga de una paloma. Recogía carteles de las calles y los pegaba en su pieza, sin que tuvieran sentido alguno.

Lo asocio todo a mi falta de seguridad en ess tiempos, sentía que ni siquiera mi tiempo era valioso... entonces lo perdía en eso. Y achicaba mi letra hasta llegar a niveles completamente ilegibles.

Hubo un tiempo, el año pasado, en que escribí con la letra manuscrita. Pero lo mío es la imprenta. No sé por qué. Cuando pequeña, sufría con esto de escribir lindo y redondo; nunca tuve mucha motricidad fina, pero me encantaba recortar.

Me parece irónico... Muchas veces me sentí "redonda"; otras tantas veces me he sentido como tijera.

Y, tal vez suene ridículo, pero he llegado a sentirme como una fotografía ¿A quién no le ha pasado?
Marisopas

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