miércoles, 21 de agosto de 2013

Cuando era niña, era inteligente

Nos hablaron una vez cuando niños,
cuando la vida se muestra entera,
que el futuro, que cuando grandes,
ahí murieron ya los momentos,
sembraron así su semilla
y tuvimos miedo, temblamos,
y en ésto se nos fue la vida. 

 Recuerdo que cuando niña mi imaginación volaba demasiado, tanto que a veces escuchaba voces raras que en realidad no decían nada (no, no era esquizofrenia... ...) eran como "La", o "Co"... como sílabas incompletas que quizás eran producto de sonidos raros que salían de mi casa de madera en Valdivia, constantemente azotada por fuertes vientos, y el trak trak trak de la lluvia en el techo. Una vez casi me desmayo, porque creí haber encontrado el sentido de la vida en estas sílabas sueltas que escuchaba en la casa "Quizás, todas estas cosas forman una frase, y cuando juntas todas las sílabas de la frase, descubres algo muy importante, como un secreto, y mueres". Bueno, no lo dije tan así, era chica, probablemente lo pensé de una forma que solo yo entendí en ese entonces (probablemente aún no sabía lo que era una sílaba, o una frase, pero entendía sus implicaciones).

Dándole vueltas a eso ahora (cuando pasa mi cumpleaños siempre pienso en mi niñez), me doy cuenta de que quizás no estaba tan loca. Hace poco leí un artículo, en algún lugar, que decía que cuando somos niños, usamos una porción más grande de nuestro cerebro, es como cuando te regalan un computador nuevo, el primer día te la pasas llenándolo de las cosas que le quieres instalar, navegador, archivos, música, palabras, y un fondo de pantalla bonito, pero luego, cuando el computador ya es parte de tu vida, solo te dedicas a recorrer sus mapas por encimita no más. Es lo mismo, cuano niños tenemos un mundo por descubrir, lo llenamos con cosas, música, archivos, un fondo de pantalla, y el cerebro está mucho más atento a los estímulos, entonces puede que mis locas ideas de niña, no estaban tan mal.

Quizás efectivamente morimos después de descubrir el secreto de la vida. Tal vez cuando algo en nuestro cuerpo falla, efectivamente desarrollamos otros sentidos. Desde que tuve mi pequeño accidente que me dejó con movilidad un poco reducida, he tenido tiempo para recorrer las calles con mas lentitud, y descubrir detalles ocultos, me da el tiempo para pensar más, recordar más cosas, siento que volví un poco a ser niña, borré los spams de mi cabeza, las cookies inservibles (ok, ya me quedé pegada con la metáfora del computador), y todas esas cosas que tienen nombres raros y que no sirven de nada, creo que he aprendido cosas nuevas, lo cual es siempre maravilloso.

¿Por qué perdimos esa capacidad de asombro? No debería ser así, ¿o soy la única a la que le sorprende de sobremanera el hecho de que los árboles vayan cambiando a medida que avanzan las estaciones del año? ¿O que la naturaleza es el ser más sabio que existe? ¿O que somos un mínimo e ínfimo punto en el universo? Quizás descubrí el secreto de la vida, y no tengo la capacidad de epxlicar lo que es... tal vez es una alucinación provocada por meses de analgésicos.

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Marisopas

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